Dar y Recibir gratitud

La gratitud es una práctica esencial en la Comunicación No Violenta (CNV), aunque lo relacionemos más con los conflictos. Expresar y recibir apreciaciones no solo mejora nuestro bienestar personal, sino que también fortalece nuestras conexiones con los demás, creando un ambiente de comprensión y cooperación.

 

Expresando Gratitud

Imagina que alguien (amistad, familia…) te ha echado una mano con tus hijos. En lugar de simplemente decir “gracias”, podrías expresar tu gratitud de manera más profunda y significativa. En lugar de hacer un comentario general, detallamos la acción específica, el sentimiento que tenemos y la necesidad que ha sido satisfecha. 

Por ejemplo, “Hoy por la tarde te hiciste cargo de mis hijos mientras yo tenía que hacer unos recados. Te encargaste de prepararles la merienda, jugar con ellos y ayudarles con sus tareas. Gracias a ti, he podido afrontar la tarde con mucha menos tensión y estrés. Saber que ellos estaban en buenas manos me ha dado la paz mental que necesitaba para concentrarme en lo que tenía que hacer. Valoro mucho nuestra amistad y me alegra saber que podemos apoyarnos mutuamente”.

Esta forma de gratitud no solo reconoce la acción de la otra persona, sino que también expresa el impacto que tiene y por qué para ti ha sido importante. Este tipo de agradecimiento no solo muestra aprecio, sino que también refuerza la conexión emocional y el entendimiento mutuo.

 

Recibiendo Gratitud

Recibir gratitud puede ser una experiencia profundamente reconfortante, pero también puede generar incomodidad o resistencia en algunas personas. En la CNV, aprender a recibir gratitud de manera abierta y consciente es tan importante como expresarla.

Para recibir gratitud de manera efectiva, es útil practicar la presencia y la atención plena. Cuando alguien te agradece, escucha con atención y presencia plena. Evita distracciones y concéntrate en sus palabras y en el significado detrás de ellas. Acepta la gratitud sin restarle importancia. Si alguien te dice “Gracias por tu ayuda, fue muy valiosa para mí”, evita responder con algo que minimice tu contribución como “No fue nada”. En lugar de eso, podrías decir “Me alegra saber que te fue útil” o “lo hice con gusto”.

Es común que algunas personas sientan resistencia al recibir gratitud. Estas resistencias pueden surgir de creencias limitantes, inseguridades o de una falta de costumbre en recibir reconocimiento. Reflexiona sobre las razones detrás de tu incomodidad al recibir gratitud. ¿Te sientes merecedor de reconocimiento? ¿Hay creencias sobre la modestia que influyen en tu capacidad de aceptar agradecimientos?

Reconoce que todos tenemos necesidades de reconocimiento y que recibir gratitud es una parte natural de la interacción humana. Si te sientes incómodo, está bien compartir tus sentimientos. Puedes decir algo como “Me cuesta recibir agradecimientos, pero aprecio mucho tus palabras”.

 

Conclusión

Practica la CNV contigo mismo. Reconoce tus propios sentimientos y necesidades cuando recibes gratitud, y permítete sentir el aprecio que los demás te están ofreciendo.

Practicar la gratitud en la CNV, tanto al expresarla como al recibirla, nos ayuda a ver y apreciar los esfuerzos y contribuciones de uno mismo y de los demás, y sobre todo se trata de una vitamina imprescindible para la felicidad. 

Un abrazo,

Nerea.