EL MIEDO COMO COMPAÑERO DE VIAJE

Hemos escuchado y dicho frases como “no seas miedoso, cobarde”, “hay que ser fuerte”, “no va a pasar nada, no seas paranoica”. Sin embargo, el miedo puede ser un indicador de peligro y puede impulsarnos a tomar medidas para protegernos, como encender la luz en la oscuridad por temor a tropezar. En otras ocasiones, nos paraliza, bloquea y condiciona de tal manera que no podemos tomar decisiones que en el fondo deseamos o que nos beneficiarían (deseo avanzar pero saboteo cualquier oportunidad). Además, las experiencias pasadas pueden hacer que percibamos exageradamente la situación actual (después de un accidente, no querer conducir).

El miedo es una señal que intenta comunicarnos algo, y si intentamos reprimirlo, se intensifica. El objetivo no es eliminar el miedo, sino aceptarlo y abrazarlo sin temor.

A menudo, carecemos de herramientas prácticas para cultivar nuestra paz y consciencia. Esto es algo en lo que puedo trabajar. Tenemos la tendencia a preocuparnos por lo que podría suceder, dejando de prestar atención al presente. Mi propósito es cultivar la atención en el aquí y ahora, enfocándome en lo que es real y no en la narrativa que mi mente crea. La mente genera un flujo constante de pensamientos, creados sin nuestro control. Aunque no podemos elegir qué pensamientos surgen, sí podemos decidir cómo reaccionar y qué hacer con ellos.

Identificarnos con nuestros pensamientos es la raíz de nuestro sufrimiento. Sumergirnos en el miedo, la inseguridad, la vergüenza, la ansiedad o la preocupación es indicativo de haber salido de nuestra paz, tranquilidad, confianza o seguridad por habernos creído la historia de esos pensamientos que entraron en nuestra mente. Por eso, animo a experimentar desvincularnos de estos pensamientos y actuar desde nuestra esencia.

Pregúntate: ¿Qué necesitas? ¿Quién serías y cómo actuarías en estas circunstancias si no apareciera este pensamiento? ¿Puedes conectar con esa cualidad en tu interior? ¿Qué acción o petición, tanto hacia ti como hacia otros, te ayudaría?

Al mismo tiempo, hay aspectos que pertenecen a otros y a la vida misma, que es un misterio. El futuro no se puede controlar; nadie sabe qué sucederá. A veces, al preocuparnos demasiado por el futuro, descuidamos el momento presente. Los seres humanos a menudo intentamos ocupar el lugar de lo divino, pero la vida siempre superará nuestra comprensión. Quizá se trate de aceptar nuestra vulnerabilidad y humildad, honrando así el misterio de la vida. ¿Te animas a abrirte a la curiosidad de lo desconocido que la vida inevitablemente nos presentará?