Introducción a la Comunicación No Violenta

La Comunicación No Violenta (CNV), desarrollada por Marshall Rosenberg, es una herramienta poderosa que nos permite conectarnos y tratarnos con respeto y compasión, tanto a nosotros mismos como a los demás.

La CNV se basa en cuatro elementos clave: observación, sentimientos, necesidades y peticiones. Aunque suena sencillo, tiene un trasfondo profundo que va más allá de usar las palabras adecuadas. A través de estos principios, podemos expresar nuestras ideas de manera clara y respetuosa, promoviendo una comunicación empática y efectiva.

La CNV se puede aplicar en todos los aspectos de nuestra vida: en la relación con nosotros mismos, en la familia, en el trabajo, en la educación, e incluso en ámbitos políticos y comunitarios.

 

¿Para Qué Sirve la Comunicación No Violenta?

La CNV nos ayuda a identificar nuestras emociones y necesidades, así como las de los demás. Parte de la idea de que todas nuestras acciones buscan satisfacer valores, anhelos o necesidades compartidas por todos los seres humanos.

Al practicar la CNV:

– Mejoramos nuestras relaciones.

– Ganamos capacidad para responder de forma más consciente y considerada, en lugar de reaccionar impulsivamente.

– Se reducen los conflictos, o al menos tenemos más herramientas para gestionarlos.

– Aumenta nuestra habilidad para colaborar y resolver problemas en conjunto.

– Aporta claridad, valentía y confianza para expresarnos, sin miedo al conflicto, juicio o a decepcionar a alguien.

Eso sí, no se trata de estar en calma todo el tiempo. A menudo actuamos de la mejor manera que podemos en el momento, y la CNV nos brinda una herramienta útil para reflexionar después, decidir cómo queremos reconducir la situación y prepararnos mejor para futuras situaciones similares.

 

Una Filosofía de Vida

La CNV no es una fórmula; es una filosofía de vida. Es un modelo bien estructurado y fácil de entender, pero lleno de sutilezas que requieren una práctica continua para evitar que suene vacío o manipulador.

Uno de los aspectos más importantes de la CNV es la práctica constante. No basta con entender los conceptos teóricos; es esencial integrarlos en nuestra vida diaria, ya sea de manera individual o en grupo.

 

Práctica Individual

Practicar la CNV individualmente implica reflexionar sobre nuestras experiencias diarias. Un buen ejercicio es llevar un diario donde registremos situaciones, tanto agradables como desafiantes, y desglosar los hechos, interpretaciones, sentimientos, necesidades y peticiones. Esto fomenta la autoempatía y nos ayuda a desarrollar una mirada más amable hacia nosotros mismos.

Otra práctica es tratar de intuir lo que puede estar experimentando la otra persona, lo que refuerza nuestra capacidad de empatía.

Las listas de sentimientos y necesidades que se encuentran en libros o recursos online son muy útiles hasta que adquirimos el vocabulario necesario.

 

Práctica en Grupo

La práctica en grupo también es fundamental. Participar en talleres de CNV o en grupos de apoyo, como escuelas para padres, nos permite aprender de las experiencias de los demás y recibir retroalimentación constructiva.

Es un verdadero placer acompañar a personas que, al verse reflejadas en las vivencias de otros, encuentran un alivio inmenso. Además, el compromiso de dedicar tiempo a nuestras relaciones y bienestar emocional nos da una mayor sensación de seguridad al contar con herramientas para gestionar lo que surge en nuestro día a día.

 

Conclusión

En resumen, la Comunicación No Violenta es una herramienta valiosa para mejorar nuestras relaciones y nuestra calidad de vida. La práctica continua, tanto a nivel personal como en grupo, es clave para integrar la CNV de manera efectiva.

Un abrazo,

Nerea.